lunes, 15 de febrero de 2016

SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD EN TEXTOS ARGUMENTATIVOS

Texto: Editorial sobre la imagen femenina.  El País.(10/02/2008)


“¿Cómo es posible que la inmensa mayoría de las chicas con delgadez severa estén satisfechas con su imagen? Este revelador dato, incluido en el estudio hecho por el Ministerio de Sanidad en busca de la unificación de las tallas de ropa de las mujeres, da una clara idea de la influencia que la estética de las modelos y de la publicidad tiene en la población femenina, especialmente en el sector más vulnerable: el de las más jóvenes. Porque la delgadez, severa o moderada, está concentrada, según el mismo estudio, en las chicas de menos de 19 años, otro dato preocupante. Muchas mujeres que siguen el dictado de la moda, aunque no sea al pie de la letra, no pueden evitar ver ahora algo gruesa, por ejemplo, a la modelo Cindy Crawford en sus famosos vídeos de gimnasia de hace 20 años, aunque entonces la vieran estupenda. El dictado de la moda cambia nuestros gustos estéticos, los de las mujeres y los de los hombres, de manera casi imperceptible pero real. La sociedad se ha acostumbrado a una estética femenina que ya no es sólo sacrificada para las mujeres y ensalza de forma desproporcionada los valores estéticos frente a otros, sino que es también insalubre. Tras la necesaria iniciativa emprendida por Sanidad, hace falta abordar otras. La primera, la revisión de la publicidad. No se trata de promover medidas en exceso reglamentaristas, pero una vez que se ha comprobado que el dictado de la moda provoca situaciones que ponen en riesgo sanitario a muchas mujeres, sí se trata de poner freno a la dictadura sin control de los cánones dominantes. En las tiendas de muchos grandes modistos, los dependientes hacen gala a menudo de no tener ni siquiera tallas normales (una 42, por ejemplo) y es frecuente que en la 40 no quepa una mujer que use esta talla normalmente. Pretenden seguramente que sólo luzcan su ropa las elegidas, por la talla. Una vez que éstas se unifiquen se podrá señalar con el dedo a quienes sólo busquen vestir a las delgadas, a los que hagan caso omiso de los costes que tiene esta estética para la sociedad, pero también a los que ajusten las tallas a las mujeres y a los hombres con hábitos saludables.”

La subjetividad propia de los textos argumentativos se manifiesta en numerosas ocasiones mediante elementos modalizadores que expresan el punto de vista del emisor, por ejemplo:

1. Las modalidades oracionales.  Una de las más frecuentes en los textos de carácter subjetivo es la interrogación retórica como la que abre el texto que nos ocupa: - “¿Cómo es posible que la inmensa mayoría de las chicas con delgadez severa estén satisfechas con su imagen?” Con ella se implica al lector y se llama su atención, a la vez que se presenta el tema.  La interrogativa permite al emisor, además, expresar su opinión y manifestar su posición de una forma muy expresiva. En este caso el editorialista enfatiza su asombro ante los datos recogidos en el estudio y deja claro su desacuerdo: esto no debería ocurrir.

2. La presencia del emisor y del receptor.  Aunque en el texto se usa de forma general la tercera persona, en un momento de la argumentación el editorialista usa la primera persona del plural incluyendo, de nuevo, al lector en sus razonamientos: “El dictado de la moda cambia nuestros gustos estéticos, los de las mujeres y los de los hombres.” Se produce así un efecto generalizador que resulta argumentativamente eficaz.

3. El uso de un léxico valorativo, especialmente adjetivos, cargados la mayoría de connotaciones negativas que reflejan la opinión del autor (delgadez severa, sector más vulnerable, de una manera desproporcionada, cánones dominantes, sacrificada, insalubre...). Destacamos también sustantivos marcados negativamente como riesgo, dictado, dictadura y los adjetivos que resaltan la importancia de los datos aportados en el estudio y que sirven de base para la argumentación: este revelador dato, otro dato preocupante.

4. El empleo de algunos recursos retóricas, en este caso metáforas, que aportan expresividad a lo enunciado: poner freno al dictado/dictadura de la moda, señalar con el dedo a quienes...

5. La actitud subjetiva es evidente, también, en el uso de elementos que indican expresamente la opinión del emisor, la mayoría de las veces de forma clara: tras la necesaria iniciativa...; hace falta... no se trata... sí se trata...; otras atenuando la sensación de evidencia: Pretenden, seguramente.

Aún así la voluntad de objetividad se observa en el uso generalizado de la tercera persona, en el predominio de la modalidad enunciativa y en el hecho de reforzar las opiniones con datos concretos y hechos ciertos.  El editorialista se dirige a un lector medio, no especializado, por ello el lenguaje empleado es culto y cuidado, con presencia de ciertos cultismos (insalubre, caso omiso, cánones), pero el estilo, en general, es claro y sencillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.